viernes, 2 de marzo de 2007

Crónica de un parto (o de una comida china)

¡Lo consiguieron! Como ya comenté en una entrada anterior, mis cuatro amigos Mario, Carlos, Juan Carlos y Antonio corrieron la maratón de Valencia, intentando cruzar la línea de meta sin caer exhaustos. En un reducido margen de unos pocos minutos entraron los cuatro, sin aparentemente muchos desperfectos en sus cuerpos. Mario me contaba luego que no estaba muy cansado, pero que la rodilla no le dio tregua y se tuvo que poner hielo y tomar antiinflamatorios.

Aunque ya os lo dije en la línea de meta, os lo vuelvo a decir. ¡Enhorabuena!. No debe ser nada fácil hacer una maratón. Prepararla, mentalizarse y por último estar cerca de 3,30 horas corriendo sin cesar es digno de superhombres.

Le pedí a Mario que nos hiciera una pequeña crónica, de esas suyas tan graciosas, de como fue la carrera y aunque no nos la ha hecho, si nos hace un pequeño comentario sobre la misma que aquí os transcribo:

“Como os ha contado Pedro, el día 26 estuvimos unos amigos y yo corriendo la maratón de Valencia. El resultado, cansados pero muy contentos. Para repetir. Mucha gente dice que esto es como un parto. Muchos meses de preparación y luego la felicidad. Yo creo que es demasiada la comparación. Yo mejor lo comparo con la comida china. Hay gente que ni se plantea probar, otros prueban y repiten y a otros les encanta. Además tiene durante la carrera, como en la comida, momentos agrios y momentos dulces.

Pedro me ha dicho que no me extienda mucho así que nada por mi parte recomendaros a todos que probéis. Que tanto físicamente como mentalmente recompensa y enriquece, y si no os veis preparados a correr, por lo menos el año que viene que salgáis a la calle a animar a la gente que esta participando. Que no sabéis lo que se agradece unas palabras de ánimo o unos aplausos en esos momentos, aunque vengan de alguien desconocido. Y seguro que si vais a verla alguno se enganchará.

Un saludo y a ver si nos pones una foto.

Mario Pérez”

Mario, aparte de amigo, es sobrino y casi, casi, un hermano. Por eso, aunque yo no haya corrido, estoy muy contento (y orgulloso) de que él si la corriera.

Saludos amigos

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