
Amaneció el día fresco y nuboso, aunque el Instituto nacional de metereología prometía muy buen tiempo como luego efectivamente hizo. A la hora convenida, las 9.30 horas, estabamos ya en Alborache. Esta vez funcionó la nueva táctica ideada por Lalo de quedar en el punto de destino y no sufrimos retraso. Así que a las 10 a.m., ya estábamos todos en camino.
A los 20 minutos de salir llegamos al Charco Azul. Tiene mucha fama, pero la verdad es que decepcionó mucho. El lugar está muy mal cuidado, lleno de basuras y de la cascada ... ni rastro. Encima, la poca agua que sale la bombean 30 metros arriba para regar un h
uerto de naranjas.

Despues de parar 5 minutos para hacernos la foto oficial de rigor, subimos por una pequeña pendiente hasta la parte superior del barranco, donde almorzamos en buena sintonía debajo de un pino solitario. Llevabamos tan solo 20 minutos y ya estabamos tragando.
Reemprendimos el camino a la media hora y alcanzamos en seguida un albergue, donde paramos para que los niños jugaran en los columpios, vieran las cabras, los patos, etc. Perdimos aquí un tiempo precioso que ya no recuperamos. Cuando encontramos la salida, eran ya las 12 de la mañana y aun no habíamos cumplido ni la mitad del recorrido.
A partir de aquí el entorno se estropeó mucho. Tuvimos que cruzar una carretera sin arcén y muy transitada y luego caminar por una nueva urbanización de adosados, que hizo que las guias que llevábamos no sirvieran de mucho. Para cuando encontramos el punto donde había que cruzar el río Juanes, ya eran las 13 horas y aún nos quedaba mucho camino, así que una vez más optamos por volver al pueblo a comer sin llegar a la cueva. ¡Que lastima!

En resumen, excursión muy urbana, por un paraje muy humanizado y con unos caminantes que tardaron en recorrer 3 horas lo que debía haber costado poco más de 1 hora. Aunque también es verdad que salimos al monte, nos dió el sol y los chiquillos corrieron sin peligro.
Como epílogo, fuimos a comer al restaurante "Los Abetos". Fue quizás lo mejor de la jornada. Buena comida y buen lugar para reponer fuerzas, aunque no se que fuerzas, con lo poco que anduvimos ayer. Creo que lo mejor será que a partir de ahora, la comida sea en la montaña. Así llegaremos seguro al punto de destino. O eso o hacer excursiones gastronómicas que seguro que nos saldrían mejor.
Saludos amigos
1 comentario:
Bueno, pues efectivamente la excursión del sabado sirvió para ratificarnos en el gusto por el senderismo, pedestre y gastronómico.
El charco azul (¿charca?) no fue lo que todos esperabamos pero la armonía y las ganas de pasarlo bien lo compensan todo.
Por cierto ya se ha anunciado la VI marxa a peu al camp de Morvedre, que este año es de solo 17 km. y saldra desde Albalat dels Tarongers (www.marxaapeu.net).
Saludos a todos desde El Puig.
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